Campana de Largada - Turf Argentino

La vista clavada en el plasma, los codos en la mesa y los dedos entrelazados como ejerciendo el rezo, la voz de Emilio se dirigió a los bultitos que estaban promediando el codo final.
- ¡Dame esta alegría, Parmita!
Venía muy bien ese 9 que había traído temprano en fija a la mesa “El Japonés”. Y daba casi 11 de luces.
Parma entró al derecho como el jamón de un sándwich entre el 2 que venía pegado a los palos y el 10 que lo ceñía por afuera.
En un momento todos los gritos se acallaron cuando ambos ad-láteres le sacaron medio cuerpo, pero faltando 100 comenzó la reacción y en el disco el pescuezo del 9 asomó limpito al frente.
Era el acierto de un cierre de triplo importante y la continuidad de un quíntuplo que prometía.
Todo era algarabía, gritos, abrazos y felicitaciones mutuas.
Bueno, todo no. En la mesa de al lado “El Negro”, con cara de velorio, meneaba la cabeza, desconsolado. Jugaba grande y el triunfo de ese 9 lo había dejado afuera de los “jueguitos”.
Masticando la bronca se dirigió a los festejantes, especialmente “El Japonés”, que asomaba como el padre de la criatura y soltó el reproche.
-¡No me digan que sabían de este caballo temprano!...¡Y no abrieron la boca!

.............................................................................................................................
Pasadas varias carreras desde la acertada por el dato, la mesa ganadora ya se había raleado.
“El Negro” seguía mascullando, hablando entre dientes y quejándose por la falta de información solidaria. Entonces Emilio creyó conveniente decirle algo.
-Mirá, Negro, yo pensé que “El Japonés” te lo había dicho. Pero ahora, y aprovecho que se fue, te diría que me doy cuenta que te pasó la factura por lo del otro día. ¿te acordás que te dio ese 8 en fija?. Bueno, el caballo ganó, vos acertaste un triplo fenomenal y no lo habilitaste para nada. Creo que no lo convidaste ni con un café.
-¡Eso no es verdad!. En cuanto me dijo que el 8 no perdía en la 7ª, yo jugué el triplo de la 5ª: TODOS, TODOS, 8 y lo primero que hice eh?...¡lo primero!...fue preguntarle ¿Querés entrar? ¿Cuánto ponés?...y no me contestó nada.